Talento femenino en el cine español

Dos de las películas más esperadas del presente festival de cine de San Sebastián son/han sido Mataharis, de Iciar Bollain y Siete mesas de billar francés, de Gracia Querejeta.
Aunque apenas el 5% de las películas producidas en España las dirigen mujeres, el Talento femenino del cine español, en lo que a la dirección se refiere, es importantísimo. Desde Helena Cortesana (que dirigió una película en 1921) y Rosario Pi (El Gato Montés, 1937) a Josefina Molina (Lo más natural, La Lola se va a los puertos) o, en un pasado menos lejano, la extratordinaria labor de Pilar Miró (1940-1997) con Gary Cooper que estás en los cielos, Beltenebros, Tu nombre envenena mis sueños o El perro del hortelano.
Este verano, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo ha dedicado un excelente ciclo a las mujeres directoras de nuestro país, con las más recientes películas. Si tuviera que quedarme con un “top ten” de los cuatro últimos años, mi propuesta sería la siguiente:

La vida secreta de las palabras (2005), de Isabel Coixet. Una preciosa historia sobre la compasión y la necesidad de expresarnos para no deprimirnos, en el aislamiento de una plataforma petrolífera. Con Tim Robbins, Sarah Polley y Javier Cámara.
El calentito (2005), de Chus Gutiérrez. Sobre un grupo femenino de punk el 23-F, con Verónica Sánchez, Macarena Gómez y Jordi Vilches.
La suerte dormida (2003), de Ángeles González-Sinde, Un caso judicial de indemnización por muerte que se convierte en un reto para una abogada. Con Adriana Ozores.
Te doy mis ojos (2003), de Iciar Bollain. Un drama sobre la violencia doméstica, con Laia Marull, Luis Tosar y Candela Peña.
Para que no me olvides (2005), de Patricia Ferreira, sobre una mujer separada cuyo hijo se va a vivir con su novia.
Héctor (2004), de Gracia Querejeta. La historia de un adolescente que queda huérfano y ha de ir a vivir con sus tíos, con Adriana Ozores.
Atlas de Geografía Humana (2007), de Azucena Hernández. Basada en la novela de Almudena Grandes, con María Bouzas y Cuca Escribano.
Iris (2004), de Rosa Vergés, con Silke y Ana Torrent.
Descongélate (2003), de Dunia Ayaso y Félix Saboroso. Una comedia con Pepón Nieto, Candela Peña y Loles León, sobre un actor propuesto para una película al que se le muere el director antes de firmar el contrato.
Morir en San Hilario (2005), de Laura Mañá. Una comedia sobre un pueblo y su cementerio, con Ana Fernández y Juan Echanove.

Las directoras españolas aportan frescura, implicación social y un toque ácido e irónico en sus historias que es muy valioso para nuestro cine.

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