Me gustó anoche el discurso de la Presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Ángeles González-Sinde, en el transcurso de la 22ª edición de los Premios Goya.
Comenzó su discurso de bienvenida con el recuerdo al fallecido Fernando Fernán Gómez, cuyo Viaje a ninguna parte fue la triunfadora de la primera edición de los premios, para referirse a la actual situación del cine español, del que dijo que a veces “parece estar embarcado en un viaje a ninguna parte”.”Hay mañanas en que escuchando la radio o leyendo el periódico uno pensaría que el cine de este país, una industria que genera empleo y riqueza, no es querido por sus ciudadanos y está dejando de formar parte de la sociedad’, afirmó. Sin embargo, la presidenta de la Academia de Cine aseguró no pensar del mismo modo, y lamentó que muchas de las películas no lleguen a ciudades y pueblos. “Eso sí que es un viaje a ninguna parte”, recalcó Ángeles González-Sinde.
De “el viaje a ninguna parte” a “el viaje a todas partes”. Me encanta el estilo de liderazgo de Ángeles González-Sinde: puro talento femenino.
Por lo demás, siete Goyas para El Orfanato (creo que hubiera merecido además el de Mejor Película, Mejor Actriz principal, Mejor Actriz de reparto, Mejor Actor revelación y Mejor Música original, pero muchas veces en nuestro país el éxito no se perdona), cuatro para Las trece rosas y tres para La Soledad (sorprendente para una cinta, excelente por otro lado, que casi nadie ha visto). Me ha gustado especialmente el Goya a Fado da Saudade como Mejor Canción original.
Entrevistado hoy en La Gaceta, este actor, guionista y director de 61 años señala que sus personajes (Rambo, Rocky) cuando vuelven a casa, se sienten solos (“Todo el mundo quiere tener un sentimiento de pertenencia a la sociedad”). Quería mostrar a los jóvenes lo brutal que puede llegar a ser una guerra real. Rambo, que en esta entrega rescata a unos misioneros del infierno de Birmania, cree que la guerra es lo natural, la paz es un accidente.
“John Rambo es violento porque el mundo es violento, y yo no voy a esconderlo” (Stallone). No lo creo. Prefiero el sosiego, la claridad y la serena lucha de la Presidenta de la Academia al ímpetu de “macho alfa” de los Rambos de este mundo.