Comida en la Casa de España. Pantallas por doquier para ver el partido. Ana, Víctor, Roslen, Gerardo y un servidor para ver la final de fútbol. En la mesa, “piqueo español” (queso, chorizo, jamón, croquetas, tortilla de patata…) y hemos compartido cochinillo segoviano y paella valenciana. De beber, Marques de Riscal y un Faustino I Gran Reserva del 64 (sí, del 64, el año que ganamos la anterior Eurocopa y la mejor cosecha del siglo).
El partido ha sido emocionantísimo, aunque España ha dado siempre sensación de dominio. La televisión peruana ha entrevistado a Víctor Rodríguez y Ana Belén Perdigones (beso incluido, porque están enamoradísimos y siempre se nota). Nos hemos felicitado y la Casa de España nos ha invitado a champán. Una celebración extraordinaria. En España, más de 27 millones han visto el último minuto del partido (el momento más visto de la historia de la televisión, con más del 88% de cuota de pantalla). En el resto del mundo, como en Perú, cientos de millones apoyando a nuestra selección.
“Campeonar” es un verbo que se utiliza en Hispanoamérica como sinónimo de triunfar, de ganar un campeonato. Hemos campeonado. Tenemos que acostumbrarnos a campeonar, de ahora en adelante.
Yo había prometido que, si ganaba España, iría con la camiseta de la selección al aeropuerto y durante el vuelo a Madrid. Así ha sido. Montones de personas me han felicitado en el aeropuerto de Lima y en el avión. El piloto (de LAN) se ha referido al triunfo de España. Una maravilla, difícil de creer.