Anoche la celebración de la clausura del Programa de Alta Dirección de la Extremadura Business School fue todo un éxito. Las cuatro horas y media de Burgos a Cáceres merecieron de sobra la pena. El acto de entrega de diplomas de la I Promoción en el Palacio de Carvajal (con la única higuera milenaria del mundo, en un bello contraste de historia y naturaleza) fue una maravilla. Nos dio la bienvenida el director del Programa, Dr. Carlos Ongallo. En nombre de los participantes en el programa intervino D. Ángel Quesada, de INSA-IBM. Posteriormente, un servidor intervino en nombre de los profesores. Un vídeo resumió lo que han sido estos ocho meses de actividad. Entrega de diplomas y las alocuciones de D. Baldomero Lago, Cónsul de España en Estados Unidos y representante de la UTAH Valley University, D. Fernando Luque, Rector Magnífico de la Universidad de Extremadura y D. Ángel Franco, Consejero de Administración Pública y Hacienda de la Junta de Extremadura.
Fue un auténtico placer volver a los directivos y empresarios que han invertido tiempo y dinero en formarse en este programa.
Más tarde, cenamos en un estupendo restaurante del centro histórico de Cáceres, amenizados por guitarra clásica.
A las 12 en punto de la noche, Alejandro me recogió con el coche en la Plaza del Ayuntamiento y emprendimos camino de vuelta a Burgos (esta vez, en 3 horas y 40 minutos). Pude descansar un poco y dormir el resto de la noche.
Esta mañana he tenido un par de sesiones de coaching de lo más agradable. Dos directivos con enorme capacidad y compromiso, conocedores de sus fortalezas y dispuestos a aprovechar a tope sus oportunidades de mejora.
He tenido algo de tiempo para pasear por la Catedral y me he regalado, en la tienda de la misma, un azulejo de “preguntas y respuestas” de la Madre Teresa que Calcuta, que dice lo siguiente:
– ¿El día más bello? Hoy
– ¿El obstáculo más grande? El miedo
– ¿La cosa más fácil? Equivocarse
– ¿La raíz de todos los males? El egoísmo
– ¿La distracción más bella? El trabajo
– ¿La peor derrota? El desaliento
– ¿Los mejores profesores? Los niños
– ¿La primera necesidad? Comunicarse
– ¿Lo que me hace más feliz? Ser útil a los demás
– ¿El peor defecto? El mal humor
– ¿El sentimiento más ruin? El rencor
– ¿El regalo más bello? El perdón
– ¿Lo más imprescindible? El hogar
– ¿La sensación más grata? La paz interior
– ¿El mejor remedio? El optimismo
– ¿La mayor satisfacción? El deber cumplido
– ¿La fuerza más potente del mundo? La fe
– ¿Las personas más necesarias? Los padres
– ¿El sentimiento más bello del mundo? El amor
Gracias a las decenas de personas que me habéis llamado y enviado correos electrónicos felicitándome por mi cumpleaños, desde Australia hasta Venezuela. Me habéis hecho muy feliz. Da gusto tener amigos así por todo el mundo.
A las 2 de la tarde he quedado a comer en el Restaurante Landa con Carmelo Sánchez, de ESIC. Hemos compartido jamón, morcilla y un lechazo con ensalada deliciosos. A eso de las cuatro y media, camino a Bilbao.
Carmelo y yo habíamos quedado con Santiago López, de la Cámara de Comercio de Bilbao. Hemos preparado el desayuno de trabajo de mañana y tomado juntos una cerveza.