Sábado tranquilo en Madrid.
– David, un niño de 7 años con fatiga y palpitaciones. Forzado académicamente por sus padres, sufre ansiedad. Obeso, cambió hacia unos hábitos saludables.
– Claudia, una niña de 9 años con fiebre, fatiga y parálisis del brazo izquierdo. Convertía problemas psicológicos en físicos (somatizaba).
– Iris, una adolescente de 17 años con desmayos, presión baja y pérdida de peso. Anoréxica.
– Jane, una joven de 18 años con dificultad respiratoria, problemas de obesidad y aislamiento. Malos hábitos alimentarios de familia. Aprendió a cuidarse y ganó en autoestima.
– Joe, un joven de 23 años con cuello pulsátil y dolor de pecho. Perdido y muy confundido, fumaba marihuana. Se independizó y dejó de fumar.
– Max, un joven ejecutivo de Wall Street con latidos rápidos e intensos, consumidor de crack. Cambió de trabajo y dejó las drogas.
– Teresa, una joven de 33 años con enfermedad cardiaca y deseosa de tener un hijo, lo que le podía matar.
– Luna, una joven de 35 años con múltiples hospitalizaciones. Adicta a la morfina.
– Lisa, mujer de 40 años con un trastorno de ansiedad y una doble operación de trasplante de corazón y pulmones. Aprendió a aceptar los riesgos de la vida y se medica contra la ansiedad.
– Isabel, mujer de 49 años con hipertensión arterial tratada con tres medicamentos. Tenía que ordenar su vida y ser ella misma.
– Samuel, hombre de 51 años, con enfermedad cardiaca desde joven y depresión. Con hambre de padre.
– Tim, hombre de 55 años con trastorno de ritmo cardiaco (fibrilación auricular) y problemas de comunicación. Dedicado al voluntariado, que le infunde vitalidad, retos e ilusión.
– Charlie, extrovertido de 60 años con enfermedad coronaria (su única fuente de preocupación). Padece ansiedad reactiva.
– Víctor, de 69 años, con empresa familiar (a los 25 años dirigía un negocio con 400 trabajadores), crisis hipertensivas (sus hijos no aceptaron a su segunda esposa) y disminución del deseo sexual. El valor de la resiliencia.
– Óscar, hombre solitario de 72 años con dolor en el pecho. Arrogante, narcisista dependiente.
– Ernest, optimista de 70 años, operado del corazón y enfermo de cáncer.
– Jan, jubilado de 80 años con infarto de miocardio y vida acelerada. Creía que bastaba con hacer chequeos, pero no cambió de hábitos. Más vale prevenir.
– Diego, 81 años, enfermedad coronaria benigna y trastorno obsesivo-compulsivo. Fue nadador profesional y entrenador, y a los 50 perdió su trabajo. Encontró el equilibrio y ahora tiene hábitos de vida saludables.
– Arthur, varón de 90 años, eufórico y con salud en declive. Vital, optimista, consumidor de alcohol.
– Gilles, escultor internacional de 92 años con achaques cardiacos y activo física e intelectualmente. El perfecto hombre renacentista.