Me siento un privilegiado, porque el próximo viernes vuelvo a Las Rozas, a la Ciudad del Fútbol, a participar activamente en el IV Master de Gestión Deportiva durante toda la sesión de Gestión del Talento, con Santiago Álvarez de Mon, Fernando Bayón, Juan Carrión, Manuel Nuevo, Diego Orbea, Biba Osrecak, Marta Romo, José Antonio Sainz, Isabel Simonet… Lo vamos estupendamente con alumnos (agentes FIFA, ex jugadores, directores de instalaciones deportivas, profesionales de la federación) que están ayudando a profesionalizar aún más el deporte español.
De vuelta a casa, he disfrutado con el nuevo libro de un amigo, Vivir es un asunto urgente del Dr Mario Alonso Puig. Todos los que conocemos a Mario le apreciamos muchísimo, porque es una gran profesional (cirujano, profesor, conferenciante de alto nivel, miembro del Top Ten del management español) y una persona maravillosa, que genera alegría y paz (y por tanto, belleza) a su alrededor.
En la portada, además de un reloj sonriente, la frase de Sir Edmund Hillary, “No son las montañas las que hemos de conquistar, sino a nosotros mismos”. Este libro (que seguro que será un gran éxito, como lo ha sido su anterior obra, Madera de líder) nos invita a reflexionar sobre las relaciones humanas y su impacto en la salud y el bienestar.
El prólogo, de nuestro común amigo Álex Rovira (director de la colección de la que este texto forma parte) es una preciosidad. Es el reconocimiento de un maestro en el arte de vivir a otro. Cita al autor “Las personas sólo cambiamos de verdad cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo” y le define como humanista (sin duda, Álex también lo es), como un hombre bondadoso, lúcido y sabio, como un acupuntor que pincha los puntos de nuestra consciencia, como un gurú (nos abre los ojos), como un guía en la aventura de descubrirnos a nosotros mismos.
El libro se compone de dos partes: El camino del héroe (“Sienta orgullo por hasta dónde ha llegado. Tenga fe en hasta dónde es capaz de llegar”) y El encuentro. La primera trata del estrés (“si los seres humanos careciéramos de los mecanismos de estrés, no podríamos sobrevivir durante mucho tiempo”), de su naturaleza (es como la balanza de la vida), del eustrés y el distrés, de las emociones positivas y los valores, de nuestras obsesiones (“la mayor parte de nuestras inseguridades y nuestras desesperanzas no son reales, sino aprendidas”), de que somos más fuertes de lo que nos creemos (activar nuestras facultades mentales y físicas), etc.
La segunda parte habla de escuchar para comprender y hablar para ser comprendido, de los peligros de la mente enjuiciadora, de emociones como la ira, el miedo o la tristeza, de cómo somatizamos (“la falta de destreza en la gestión de nuestras emociones es una de las principales causas por las que enfermamos”), de la vergüenza como emoción devastadora, de venenos como la culpa, la desesperanza o la humillación, del poder que hay en cada uno de nosotros, de la risoterapia (Patch Adams, Norman Cousins), de tres sencillas frases que abren muchas puertas: “por favor”, “gracias” y “lo siento”. Todo ello plagado de historias personales amenas y muy didácticas.
Brillante, inspirador, sensacional. Gracias, Mario, por compartir con nosotros tus reflexiones y aportar algo de luz a este mundo que tanto lo necesita.