Efectivamente, Pioneras es un texto de referencia, imprescindible, el mejor que puede leerse y consultarse sobre emprendizaje en castellano junto con El libro negro del emprendedor de Fernando Trías de Bes. En 123 páginas, I+C nos cuentan cómo se fraguó (el Talento se forja, y el proyecto Rusticae es muy buena prueba de ello) una aventura apasionante. “Mirando hacia atrás nos hemos dado cuenta de que el camino de emprender un negocio es algo más que gestionar, decidir, ganar o perder. Se ha convertido en una forma de vida, en una manera de pensar y de sentir de la que hemos aprendido que no se llega antes por el camino más fácil y que siempre hay que mirar de frente los obstáculos para descubrir la mejor manera de sortearlos”. Como emprendedor, con más de 10 años de vuelo entre Areté y Eurotalent, me siento plenamente identificado.
Las autoras nos cuentan cómo surgió la idea Rusticae (aprentemente, fruto de la “casualidad”: se conocieron Isabel y Carlota en un retraso hacia Madrid en el aeropuerto de Heathrow, se hicieron amigas y gestionaron el pequeño hotel asturiano de los padres de Carlota, Aultre Naray) y van mucho más allá (el libro rezuma análisis), pues nos cuentan:
A. Sus reglas de compromiso (las que llaman “las bases de nuestra relación”): amistad por encima de todo y feedback en menos de 24 horas, sin excusas.
Uno de los mejores libros que he leído últimamente. Cinco estrellas. Claro, práctico, con un ritmo muy entretenido y un contenido basado en la experiencia utilísimo para quienes deseen emprender, seguir emprendiendo y/o mejor como directivos. Un ejemplo de Liderazgo femenino del siglo XXI. Debería ser de lectura obligatoria en el Mes del Emprendedor, el próximo mayo, en todas las comunidades autónomas que organizan actos.
Por la tarde de hoy he ido a ver La casa de mi padre, de Gorka Merchán, con Carmelo Gómez, Emma Suárez, Juan José Ballesta, Verónica Echegui y Álex Angulo. La sinopsis es la siguiente: “Txomin Garay (Carmelo Goméz), empresario y en su juventud un fino pelotari, vuelve a su pueblo después de 10 años en Argentina. El principal motivo del viaje de Txomin, en el que le acompañan su mujer Blanca (Emma Suárez) y su única hija, Sara (Verónica Echegui), es que su hermano Koldo, con el que hace años que no se habla, se está muriendo.Koldo, muy demacrado por la enfermedad y apartada ya su larga enemistad con Txomin por las extremas diferencias entre ambos, le encarga a su hermano una delicada tarea: reencauzar a su hijo adolescente Gaizka (Juanjo Ballesta), un pelotari prometedor pero que no termina de centrarse en el juego. Txomin no le da una respuesta definitiva, pero la muerte de Koldo le obliga a aparcar sus dudas y asumir el encargo de su hermano. Para acercarse a Gaizka, Txomin utilizará lo que les une a los dos: la pelota a mano. Gaizka es un jugador de pegada brutal, sin técnica. Txomin de joven era todo lo contrario. El primer acercamiento a Gaizka en el frontón del pueblo no resulta muy fructífero pero Txomin no renuncia fácilmente y un día le propone una apuesta al chaval: si Txomin la gana le entrenará. Finalmente gana la apuesta y Gaizka acepta con una mezcla de rabia contenida y deportividad el que tenga que entrenarle su tío.Mientras que con Txomin hay una evidente tensión, Gaizka se siente atraído por su prima Sara. Entre ambos se inicia una relación de amor adolescente, en la que queda patente que detrás de la fachada de dureza de Gaizka habitan todas las dudas y miedos de cualquier joven de su edad. Sara es acogida cálidamente por su tía Ane, la viuda de Koldo y madre de Gaizka. Ane es una mujer con un pasado oculto, con convicciones e ideologías muy marcadas. Paralelamente, Txomin se va reencontrando con su entorno. La supuesta tranquilidad de este marco de relaciones se rompe definitivamente con la muerte de Germán (Alex Angulo), periodista amigo de Txomin. Estos acontecimientos empujan a Txomin a decidir la vuelta a Sudamérica. Sin embargo, Txomin sabe que no puede irse sin más, que le debe algo a su hermano Koldo, a su amigo Germán, incluso a sí mismo: tiene que intentar ayuda a Gaizka. Un partido de rivalidad de Gaizka con un pelotari de un pueblo cercano será la excusa ideal para aplazar el viaje. Sin embargo, esta decisión supondrá el inicio de un viaje definitivo para Txomin. Gaizka, despojado finalmente de sus convicciones escapa rumbo a un lugar desconocido.”
Y la música. Lau tailatu, del grupo Itoiz, versionada por Amaia Montero y Mikel Erentxun.