Esta tarde, antes del partido, he terminado de leer el libro Fútbol. Fenómeno de fenómenos, del experto en gestión y deporte Francisco Alcaide (Paco, para los amigos). Había tenido la oportunidad de comprarlo en el stand de la editorial LID durante el último sábado de la Feria del Libro y lo tenía guardado para disfrutarlo con la ocasión propicia.
Es, simplemente, enciclopédico. A partir de su tesis doctoral (octubre de 2006) sobre “sports management” (Nuevos planteamientos estratégicos para mejorar la rentabilidad de los clubes de fútbol y sociedades deportivas: propuesta de un modelo de retribución), que le dirigió mi buen amigo José Miguel Rodríguez Antón (catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid), Paco Alcaide analiza el fenómeno del fútbol desde todo tipo de perspectivas. El lector disfruta desde la dedicatoria, inusual no por los destinatarios, sino por los motivos (“A mi padre, que domingo a domingo me llevaba a ver jugar partidos de fútbol. A mi madre, que domingo a domingo esperaba pacientemente nuestro regreso”). Y aprende muchísimo del fútbol como fenómeno político (los casos de Mussolini, Hitler, Franco, la identidad brasileña), como droga social (concepto acuñado por Paul Preston), como expresión de diferencias políticas (Celtic vs Rangers en Escocia, Estrella Roja de Belgrado frente a Dinamo de Zagreb, Real Madrid frente al F. C. Barcelona, Honduras vs El Salvador), como reivindicación nacionalista (las selecciones autonómicas), como herramienta diplomática (“ahí donde la política, la diplomacia y los círculos financieros han fracasado creo que el fútbol puede triunfar”, Joao Havelange), como trampolín para el salto a la política (Colombia, Berlusconi, Jesús Gil y Gil), como transmisión de valores políticos (Kubala, Iríbar, Rexach, Pelé, Maradona), como lenguaje político… El fútbol como fenómeno social (el espectáculo deportivo favorito del 64’5% de los españoles, porque es el más democrático, el más simple, el más imprevisible, el más polémico, el más fácilmente opinable, el de equipo, el más ilusionante, el más liberador de tensiones), con ejemplos de Iberoamérica (Brasil, Argentina, Uruguay), Inglaterra, el fútbol femenino, el Real Madrid (490 M de aficionados en todo el mundo, 366 M de ingresos, un valor de marca de más de 1.000 M €). El fútbol y los medios de comunicación (4 de los 10 periódicos más leídos son deportivos, con más de 50% de las noticias, de fútbol; 8 de los 10 programas de TV más vistos ha sido un partido, con 22’5% de los telediarios dedicado al fútbol, seguido de un 22% de noticias). El fútbol como fenómeno económico (8.000 M €, 1’7% PIB), como muestra de globalización, relacionado con la banca (BBVA patrocina la liga, el Santander la Copa Libertadores en Iberoamérica), con el marketing como matrimonio de conveniencia, con los jugadores como protagonistas (el caso David Beckham). El fútbol como fenómeno cultural (la relación con los intelectuales, el cine, la literatura, la pintura, el teatro, la música, la filosofía, la expresión artística), como fenómeno solidario y educativo, como valor pedagógico, en el ámbito de la gestión y en el académico (además de la mencionada tesis del Dr. Alcaide, la de nuestro amigo Juanma Roca, en febrero de 2005: Ventaja competitiva y valor de marca en la prensa deportiva: el estilo Marca, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra)… Y concluye: “A estas alturas sólo me asalta una duda: ¿habrá fútbol más allá de la muerte?”
Impresionante. Parafraseando a Silvio Berlusconi, Presidente del A. C. Milan, en una felicitación a su entonces talismán Marco Van Basten: “Sei grande, Paco”.