“Se le pueden reprochar varias cosas a Daniel Sánchez Arévalo: tramas excesivas, demasiados temas, personajes (mal) dibujados. Pero nadie podrá negarle ni osadía, ni voluntad de estilo, ni asunción del riesgo: en Gordos hay mucha cosa apresurada, pero también otras que jamás vemos, por desgracia, en una película española. Por ejemplo, una galería de personajes llenos de contradicciones: un gay lejos del cliché, que se considera un fraude; una embarazada que vive su estado casi como una maldición; una beata que ansía follar; otro beato que asume mal su celibato…
Por no hablar de ese tabú social que es la gordura, aquí en realidad una excusa para hablar de otras cosas. Con todo eso, y caminando siempre en el filo entre el diagnóstico y el ridículo, pero sin caer jamás en él, Sánchez Arévalo compone un film complejo, escrito de una manera deslumbrante, con continuas rupturas del hilo narrativo, pero sin perder jamás la pista de sus personajes. Y a la postre, lo mejor de un film tan irregular como estimulante, es que nos recuerda de qué irremediable manera los seres humanos somos capaces de mentirnos. Porque eso es Gordos: la mejor reflexión sobre la autoconmiseración y la mentira que hemos visto en mucho tiempo.”
En IMDB puntúan Gordos con un 7’4 sobre 10. No es una obra maestra, pero es de lo mejorcito que uno puede ver actualmente en la cartelera.