– Frescura, creatividad
– Simplicidad, enfoque sencillo y directo
– Eficacia, soluciones prácticas y tangibles
– Participación, colaboración
– Mejora personal, actitudes y emociones
– Simpatía, sentido del humor
Tras tratar el liderazgo de forma integral y las diferencias fisiológicas de género en los tres cerebros (reptiliano, emocional e intelectual), he resumido las claves del Liderazgo en Shakespeare en diez puntos:
1. La ambición puede cegar hasta un punto de no retorno (Ricardo III, Macbeth). La ambición con-vertida en “perversión” (volver las cosas del revés), con un trágico final. Hemos hablado de esta crisis, de Wall Street, de su segunda parte, etc.
2. El odio y la venganza, siendo naturales al ser humano, nunca llevan a buen puerto (Tito Andrónico, El Mercader de Venecia). A la furia no hay que perderle la cara, como hace Petruchio con La fierecilla domada.
3. El Tándem es la unidad básica de Liderazgo. Elígela bien, y elige bien a todo el equipo. No puedes elegir un burro, como Titania en El sueño de una noche de verano, ni a malos sucesores, como El Rey Lear.
4. El entusiasmo se contagia. Comunícalo eficazmente, como Marco Antonio en Julio César o Enrique V antes de la batalla de Agincourt.
5. Mantén la Serenidad, especialmente en momentos de crisis (“¡Dadme un hombre que no sea esclavo de sus pasiones, y lo colocaré en el centro de mi corazón!”, Hamlet). Y la piedad, como Próspero en La tempestad (“No os molestéis pensando en lo que fue”).
6. Cuidado con los envidiosos, como Yago con Otelo o Casio con Julio César. José Ortega y Gasset nos enseñó que “la envidia es una forma de elogio”. Sin embargo, si no te guardas de los envidiosos, harán todo lo posible por destruir tu reputación.
7. Velocidad, rapidez. Es esencial en el Liderazgo. La indecisión ofende, la duda mata, como acaba descubriendo Hamlet. No anunciar la estrategia demasiado pronto, ni ejecutarla demasiado tarde.
8. Honestidad, Autocrítica, Inconformismo (“El necio se cree sabio, pero el sabio se sabe necio”, Como gustéis). No desterremos del todo a nuestros entretenidos Juan Falstaf (su lema es: “El final de la lucha y el principio de una fiesta/ complacen a un combatiente desanimado y a un invitado entusiasta”) a no ser que nos lleven por el precipicio.
9. No trates de pasarte de intelectual, frío y desapasionado, como el rey de Navarra en Trabajos de Amor Perdidos o el príncipe Hamlet. Como las emociones son el 90% del Liderazgo, debemos no caer en la tentación de las negativas (el miedo, la ira, los celos, la vergüenza), sino experimentar y difundir las positivas (la alegría, la felicidad).
10.Existe algo más importante que el poder: el Amor. Cleopatra lo descubre con Marco Antonio; Julieta, con Romeo; Benedicto, con Beatriz en Mucho ruido y pocas nueces. Sólo el Amor transforma. La madre Teresa de Calcuta definió el Liderazgo como “Amor en acción”. Ahora bien, como enseñaban los antiguos griegos, el Amor no es sólo romántico (Eros). Lo hay de muchos tipos: por nuestros familiares (Storgé), por nuestros invitados (Xenía), de profunda amistad (Philía), que lleva al sacrificio (Ágape)… Como escribió Rober Browning: “Ama un solo día y el mundo habrá cambiado”.
Y la sorpresa final: Shakespeare no era un actor, sino un “proyecto educativo” liderado por Francis Bacon. Lo he pasado estupendamente con estas profesionales que forman parte de Mujer y Liderazgo. Hemos tenido una interacción de lo más satisfactoria y profunda.
“La coherencia, la estrategia y contar con unos valores de referencia consolidados son algunos de los factores que justifican una buena gestión directiva, según Laura González-Molero, presidente y consejera delegada de Merck España.
La gestión de personas parece una tarea fácil cuando la explica Laura González-Molero, presidente y consejera delegada de Merck España. Hace un par de años lideró el proceso de integración de la compañía químico-farmacéutica alemana Merck con la biotecnológica Serono y la organización es ahora un referente que mantiene su competitividad. En su opinión, el secreto del éxito en la función directiva ante este y otros retos está muy ligada a la coherencia en la gestión y en una comunicación transparente.
“Hay que tener la capacidad para inspirar y dar autonomía a los empleados para que generen ideas. Las empresas funcionan gracias a la labor de equipos multidisciplinares. El directivo debe dejar de ejercer una función personalista y dar opción a sus colaboradores. El éxito de una compañía depende de las personas que trabajan en ella día a día”. De esta manera explicó esta semana González-Molero la esencia de la función directiva, en el último desayuno conferencia organizado por la Comisión de Gestión de personas de Asociación Española de Directivos.
Los pecados del directivo
Si inspirar y dar arrojo forma parte del rol del directivo, según González-Molero a veces basta con volver a lo básico para lograr los objetivos. “Nada como contar con unos valores, ser coherentes y marcar la estrategia desde el principio. Esta última tiene que ser clara, sencilla e integradora, pero también debe estar basada en conservar su razón de ser (su historia) y en tener la habilidad de cambiar. No hay que tener miedo al cambio: no todo está hecho, hay que hacerlo cada día”. En su opinión los últimos años de bonanza no han favorecido a muchas organizaciones, que se han acomodado: “Las compañías que gestionan en crisis continua suelen tener éxito a medio plazo. Mantener una tensión positiva es fundamental”, dice.
Otro de los factores que señala la máxima responsable de Merck como cardinal en la gestión es la ambición: “Es necesario ponerla en valor porque con ella se genera valor añadido y se puede vincular con la cultura del esfuerzo. Es responsabilidad del directivo motivar y generar ideas”.
Por último hizo referencia a la composición de los equipos: “Para que sean eficaces es fundamental que sean complementarios y diversos. En este caso en el sentido amplio del término, se necesitan personas que procedan de distintos ámbitos y que den una visión más plural, hoy por hoy pecamos de endogámicos”. González-Molero señaló además como elementos clave en los equipos que sean retadores: “Cuanto más arriba te encuentras en la jerarquía mayor es la zona de confort”, y con tengan una dosis de ambición, “para conseguir objetivos hay que tener una visión a medio y largo plazo”.
Y después, a eso de las cinco y media, he quedado con un empresario al que admiro mucho y que ha tenido la valentía de plantearse la sucesión. Es el modelo de emprendedor tenaz, humanista, que crea riqueza haciendo el bien y que, de cara al futuro, lo tiene todo “atado y bien atado”. Ha tenido la generosidad de compartir con un servidor su estrategia para el año y algunas ideas sobre los cambios en el sistema educativo para la formación de líderes empresarios.
Y me ha traído una emotiva carta, que es la siguiente:
“Te doy las gracias por todo lo que nos aportas y las emociones que nos despiertas.
Cuando paso por alguna oficina del INEM y veo a tantas personas haciendo cola, resignados y esperando un reconocimiento a su situación (que bajo ningún concepto se merecen estar ahí), hacen grandes esfuerzos en levantarse a las 3 de la madrugada para poder ser atendidos por lo que tienen un gran valor y el objetivo claro.
¿Cómo es que estas personas, cuando cumplen el objetivo de ser atendidos, se quedan y se conforman y no aporrean puertas, llevan currículums o se reúnen para hacer una manifestación y mostrarse a la sociedad? En nuestra empresa en un año apenas hemos recibido cinco currículums.
Los casi 5 millones de parados podían dar una presencia social en las calles que ya les gustaría tener a otros colectivos.
Tengo la seguridad de que no pasarían inadvertidos y sería la gota que colmaría el vaso para que se tomen soluciones. Porque soluciones las hay y valores también, pero hay que hacerlas fluir y salir a la luz. Todos juntos podemos.”