Crecen PIB y empleo, pero no la renta disponible

Felicidades
a los “Nachos” en el inicio de esta semana que despide julio. En Madrid, mucha
menos actividad. Reuniones internas, preparación de presentaciones estratégicas
y de comunicación corporativa.
De la
prensa de ayer, comienzo con el artículo de Antonio Maqueda (Economía y
Negocios, El País): ‘El PIB crece pero no se nota tanto’. El 26 de abril de
2013, Consejo de Ministros en lo más bajo de la economía española (el PIB se
había desplomado casi un 10% y Bruselas pedía recortar el déficit público en
25.000 M €). Desde entonces, tres vientos de cola: el turismo (principalmente
por la inseguridad de los destinos competidores), la intervención del BCE sobre
la prima de riesgo y los tipos negativos (40.000 M de ahorro en hipotecas) y el
precio del crudo (otros 40.000 M de ahorro anuales). Desde la entrada del euro
al 2008, España había perdido un 20% en competitividad. Ahora el PIB ha
recuperado los niveles de ese año (a base de contención salarial). Las rentas
del trabajo eran hace 9 años el 50% del PIB (ahora son el 46’9%), las de las
empresas eran el 41’3% (ahora, el 42’8%) y los impuestos el 8’8% (ahora, el
10’2%). Ya hemos visto cómo y a costa de quién se ha resuelto la crisis.
El 80% de
la desigualdad lo genera el desempleo. El PIB per capita no se recuperará hasta
2018 y, aunque se haya recuperado la producción, hay una parte que se exporta y
no se consume aquí (la demanda era del 109’6% del PIB en 2008 y del 97’9% en
2017). El 60% del empleo generado en la recuperación es temporal.
El
profesor Josep Oliver, en ‘Mitos y realidades de la recuperación’, señalaba que
el PIB avanza a más del 3% y el empleo al 2’8% anual. Sin embargo, el BCE
cuenta con el 25% de la deuda pública española en su balance, el endeudamiento público
y privado ya es el 247% del PIB (20 puntos más que en 2008) y el endeudamiento
exterior es del 87% (el de Francia e Italia, del 15%). La mejora de
productividad es del 0’5% anual, lo que explica que el aumento del PIB genere
empleo.
Los
vientos de cola son transitorios. Como no mejoremos la productividad (y el 60%
se debe a calidad directiva), lo tenemos difícil.
En la
misma línea, Emilio Ontiveros escribía sobre nuestra ‘Vulnerabilidad
financiera’. “No podemos descartar que iniciemos el 2018 con señales de
normalización de la política monetaria”. “La deuda externa, que mantiene
niveles importantes, acentúa la exposición a problemas de refinanciación, entre
otros”. Una elevada exposición a lo que ocurre fuera de nuestra economía. No es
como para echar las campanas al vuelo.
Así,
vivimos “la montaña rusa del empleo” (Raymond Torres). La tasa de paro
intensifica su caída (buena noticia), con un 27% de los empleos, temporales.
“Ninguna de las reformas del mercado laboral (2012, 2010, 1997) ha logrado
modificar el modelo de empleo”: bajos salarios, escasa productividad. Cuando
llegue la recesión (de nuevo), más paro.
Ramón
Oliver comentaba el caso de la aseguradora Axa y el derecho a desconectar. “Los
mensajes fuera de hora que oblgan a los trabajadores a responder crean una
relación tóxica”. En el futuro del empleo, la responsabilidad (por ambas
partes, talento y organización) es esencial. Mayor asertividad, mayor dignidad.
El maestro
José Antonio Marina está ultimando un libro de historia universal desde los
comportamientos sociales. En el fondo, impulsados por las emociones, por
fenómenos pasionales. “Cálculos precisos para rutas enloquecidas”. Como
necesitamos sentirnos racionales, ponemos en marcha mecanismos de
autojustificación (¿de defensa?). El pensamiento crítico ha de sustituir una
pasión por otra (la pasión por el poder por la pasión por la verdad, por
ejemplo).
Carlos
Font Gavira relataba “el otro” Dunquerque, el de La Coruña (1809). Las tropas
napoleónicas se retiraban; murieron 6.645 soldados (en Dunquerque, 3.500) y 15
buques fueron incendiados. Al frente de las tropas inglesas estaba Sir John
Moore, enterrado en la ciudad gallega.
Viviremos
un agosto decisivo para África. Elecciones en Ruanda y Kenia, moción de
confianza de Jacob Zuma en Sudáfrica, comicios en Angola.
En otro
orden de cosas, el restaurante ‘Dans le noir?’ en Madrid ofrece cenas a oscuras
guiadas por camareros invidentes. “Donde se apaga la luz, se despiertan los
sentidos”. Menú sorpresa, apelando a la imaginación. Menús de 37’90 € (el
corto), 42’90 € (completo) y 64’90 € (amplio).
“Los
líderes también son materia”. Javier Peña, director de Elisava (Escuela de
Diseño e Ingenieria de Barcelona) considera que Rajoy es acero al carbono,
Pedro Sánchez bronce, Pablo Iglesia magnesio, Albert Rivera policarbonato,
Carles Puigdemont vidrio, Manuela Carmena vitrocerámica y Ada Colau madera.
Patricia
Ramírez nos ilustraba sobre el “síndrome de Procusto” (menospreciar a las
personas con talento): “El miedo les lleva a vivir en una continua
mediocridad”. Acaparan tareas, están a la defensiva, realizan atribuciones
irracionales (¿testosterónicas?), juzgan a los demás.
Rosa
Montero se refería a nuestra relación con los robots (‘El camino al futuro’). “La
tecnología es una herramienta maravillosa: la cuestión es usarla de manera
adecuada. Estamos en un momento fascinante, al mismo tiempo prometedor y
peligroso. Tendremos que encontrar nuestro camino al futuro, y para eso me parece
que hace falta más debate, más imaginación, más información y más pensamiento”.
Y para que
los adictos al trabajo aprovechen las vacaciones, consejos de la psicóloga Isabel
Serrano: parar los pensamientos en torno al trabajo, obligarse a actividades
placenteras, saboreo, desconexión tecnológica, nuevas aficiones, relajación…
Siempre he
asociado una canción con el “Dolce far niente”: Sittin on the dock of the bay
(wasting time) de Otis Reding: www.youtube.com/watch?v=rTVjnBo96Ug
     

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