Charles Dickens y la vida que nos cambia TCV

Tal día como hoy, un 7 de febrero, nació en 1812 el gran Charles Dickens. Escribió 14 novelas en el que mostraba su preocupación por la desigualdad social a mediados del XIX. Algo muy didáctico en estos tiempos TCV (Tras el CoronaVirus) en el que la desregulación de los 80, el pinchazo de la burbuja en 2008 y la cuádruple crisis actual (sanitaria, medioambiental, económica y social) nos ha traído un considerable aumento de la desigualdad.

El padre de Dickens vivió por encima de sus posibilidades y fe enviado a la cárcel de deudores, un hecho que marcó al escritor de por vida y que satirizó en su obra David Copperfield (1850). Con 12 años, Charles tuvo que trabajar en una fábrica por un sueldo mísero. Después fue reportero y empezó a escribir novelas por entregas (Los papeles del club Pickwick, Oliver Twist), Esas obras las escribió con menos de 20 años. Declarado antiesclavista, marchó a Estados Unidos a dar conferencias. Volvió a Inglaterra tan sentirse fracasado en su misión. Con 39 años perdió a su padre y a una de sus hijas en un plazo de dos semanas (de esa época son sus “novelas oscuras”). Sufrió un accidente de tren en 1865 del que nunca se recuperó completamente y falleció en 1870, a los 58 años. Se celebró su entierro en la Abadía de Westminster y fue declarado día de luto nacional. En su lápida puede leerse: “Era un simpatizante de los pobres, los que sufren y los oprimidos; y con su muerte, uno de los más grandes escritores de Inglaterra se pierde en el mundo.” Uno de los más grandes escritores ingleses, cuya preocupación social debería inspirarnos. Gracias, Mar Aguilar (Muy interesante), por la biografía de Dickens.

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Más Dickens y menos banalidad.

Olga Rodríguez, en el diario virtual El Independiente, escribía hoy sobre ‘10 cosas que van a cambiar tu vida tras el Covid‘.

  1. El dilema del teletrabajo. Cada vez hay menos personas en España teletrabajando. Cuando esto acabe, de una manera u otra, dedicaremos el 40% de nuestro tiempo a teletrabajar (pero trabajar de verdad, de forma voluntaria). Habrá espacios colaborativos, amplios, para trabajar en equipo de verdad de forma ágil.
  2. Vivir lejos de la ciudad. La demanda de casas con jardín ha caído, en tanto que hay esperanza para la España vaciada. Municipios más pequeños donde las casas espaciosas son mucho más baratas.
  3. Comercio electrónico. La pandemia ha sido un chollo para Amazon y compañía. Los centros comerciales sufren una crisis muy difícil de superar.
  4. Volveremos al contacto físico. Lo necesitamos para nuestra salud y nuestra Felicidad. Valoraremos más que nunca la comunidad humana.
  5. Haremos viajes más largos y más seguros. Tendremos que salvar el turismo en cuanto sea posible y responsable. Si bien el “Liderazgo inclusivo” propugnado en Davos la semana pasada apostaba por trenes de alta velocidad más que por aviones, la alianza entre aerolíneas, cadenas hoteleras y empresas turísticas sabrá actuar eficazmente.
  6. Nos preocuparemos mucho más por nuestra salud. Tanto la física como la mental y emocional. Tiempos de “Liderazgo Brain-Friendly” y de cuidado, en momentos en que el 80% de la población sufre de ansiedad, angustia, desesperación y depresión.
  7. El poder del Big Data y de la Inteligencia Artificial. Recomiendo el libro ‘El futuro va más rápido de lo que crees’, de Peter Diamandis y Steven Kotler, comentado en este Blog sobre el poder de la convergencia.
  8. Energías renovadas. La presidencia de Biden y Harris ha vuelto al Acuerdo de París y es más que probable una apuesta decidida por la “economía verde” frente a la de los combustibles fósiles.
  9. Pasajeros digitales. La mitad de los españoles sigue durante la pandemia utilizando el transporte público (¿no contagiará más que la hostelería?), aunque las opciones de micromovilidad (scooters, bicis eléctricas) se han elevado un 7%.
  10. Estudiar a través de la pantalla. Si bien la formación online ya existía, evidentemente ha aumentado con la pandemia. La edad de oro de las unis toca a su fin (The Economist) y disfrutaremos de modelos híbridos y del auge de la formación experiencial: experiencia de cliente, experiencia de talento, experiencia de aprendizaje.

Nicholas Carr: “Nos estamos volviendo menos inteligentes, más cerrados de mente e intelectualmente limitados por la tecnología”. El autor de ‘Superficiales: lo que internet con nuestras mentes’ considera que diez años después sus predicciones se han superado negativamente. “Las formas más elevadas de pensamiento —la contemplación, la reflexión, la introspección, incluso la respiración profunda— requieren que prestemos atención, que eliminemos las distracciones y las interrupciones.”

Nick Carr

Efecto Flynn: “Durante todo el siglo XX, el coeficiente intelectual subió de manera consistente y continuada. Pero más recientemente, hemos visto algunas señales de que los resultados de tests y pruebas de inteligencia han comenzado a descender.” El cociente intelectual de los nativos digitales puede ser menor que el de sus padres (La fábrica de cretinos digitales, Michel Desmurget, neurocientífico).

Ilustración

Ya sabes, la tecnología sustituye al trabajo (porque la información no necesariamente genera conocimiento) y potencia el talento (por su capacidad de discernir, de tener criterio, de convertir la información en conocimiento y éste en sabiduría).

La canción de hoy, ‘Oliver Twist’ de Skales. No sé qué le parecería a Dickens.

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