Anoche estuve viendo un poco de televisión generalista: en La 1, el debate sobre Afganistán, donde pudimos enterarnos del acuerdo entre China y los talibanes el pasado 28 de julio, y la debilidad de Biden, presionado por la opinión pública de EE UU. Así es el dominio en la nueva era. La llegada de los talibanes a Kabul que los analistas pronosticaban en 90 días ha ocurrido en 48 horas.

El nuevo programa de mi amigo Christian Gálvez, Alta Tensión, que lidera con la enorme ilusión que le caracteriza como presentador.

y un poco de First Dates en Cuatro. Creo que los espectadores disfrutamos “apostando” si van a pedir una segunda cita (solemos acertar, más por la actitud de los concursantes que por la situación) y, al menos en mi caso, nos sorprendemos de que se confunda el enamoramiento con la compatibilidad (en comida vegetariana, tatuajes, deporte o motos).

En la web de Psychology Today, que suelo leer semanalmente, un interesante artículo del Dr. Mark Treveris, ‘Los amigos se convierten en pareja con más frecuencia de lo que pensamos’, publicado ayer. En él se hace eco de una investigación del profesor Danu Stinson y su equipo de la Universidad Victoria en la Columbia Británica, Canadá. La ciencia de las relaciones demuestra que, a diferencia de lo que solemos creer, el amor suele empezar en amistad: un 68% de los casos. Sólo el 18% se hacen amigos con la intención de convertirse en pareja.
Las profesoras Danu Stinson, Jessica Cameron y Lisa Hoplock, que han analizado 1.900 parejas, han elaborado un ranking de las once maneras de iniciar una manera, de mayor a menor frecuencia (2021):
- Amistad previa
- Amigos de amigos
- En la Universidad
- En una fiesta o acontecimiento social
- En una comunidad religiosa
- En el trabajo
- En conexiones familiares
- En un bar o club social
- En redes sociales
- En un servicio de citas online
- En una cita a ciegas
Por tanto, más allá de productos televisivos para el entretenimiento (mi enhorabuena a Carlos Sobera por el exitoso formato) y de algunas comedias, las citas a ciegas son una excepción.

La etapa de amistad suele durar unos 22 meses de promedio, hasta que llega el romance. El estudio científico, publicado en la revista Social Psychological and Personality Science el 12 de julio, demuestra que las parejas con amistad previa duran más y suelen ser más felices, porque tienen más cosas en común.

Aristóteles, mi coach favorito, lo tenía claro: “La Amistad es una areté, una virtud”. Un potencial que se puede transmutar en algo real, con o sin chispa romántica.

Esto en cierto modo ya lo había señalado el gran experto en parejas felices, el profesor John Gottman, de la Universidad de Washington en Seattle. Las parejas estables y felices son emocionalmente inteligentes (seguridad en sí mism@, serenidad, superación, empatía, influencia mutua) y se profesan una gran y profunda amistad (conocimiento, consideración, detalles). Por el contrario, los “cuatro jinetes del Apocalipsis de la pareja” son el deprecio, las críticas constantes, la actitud defensiva y la actitud evasiva. El “factor Gottman” indica que las parejas funcionan si y sólo sí reciben y entregan al menos cinco emociones positivas por cada emoción negativa.

Los siete principios de Gottman para la felicidad de las parejas son los siguientes:
- Mejorar los “mapas del amor”: conocer el mundo de tu pareja (el regalo más valioso es sentirte reconocid@ y comprendid@)
- Cultivar el cariño y la admiración
- Acercarse a la otra persona (pasión, admiración, conexión emocional)
- Deja que tu pareja te influya
- Resuelve los problemas solubles (sé amable y agradecid@)
- Salir del estancamiento
- Crear un sentimiento de trascendencia (un proyecto de vida juntos)

Te deseo toda la felicidad, juntos, en la nueva temporada.
La canción de hoy, ‘Friends will be friends’, de Queen (A Kind of Magic, 1986). La princesa, la Reina.