Llegamos a la mitad de la última semana de agosto, en este verano extraño de virus, vacunas y vivencias. Ayer reabrió ANICA Waksman, el restaurante más neoyorquino de Madrid, y tuve ocasión de reencontrarme con “los tres Mosqueteros”: Álex, Bello y Carlos, con un moreno envidiable. Los mayores éxitos a este local que nació con la pandemia y resistió a Filomena.
He estado leyendo ‘DESTINED FOR WAR’ (Destinados a la Guerra) de Graham Allison (1940), politólogo estadounidense experto en Seguridad Nacional, armas nucleares y terrorismo. Ha explicado como nadie la Crisis de los misiles desde la elección racional en su libro Esencia de la Decisión (1971) y en los últimos 50 años ha publicado una decena de obras sobre política exterior de su país. Fue decano de la Kennedy School of Government 12 años y ha estado viculado al Secretario de Estado de Defensa desde 1985.

La tesis de este libro es si Estados Unidos y China pueden evitar la “trampa de Tucídides”. Es la TEL (Tensión Estructural Letal) que se produce cuando una nueva potencia reta a otra, creando las condiciones para que se inicie una guerra. El primero en describirla fue el padre de la historiografía, el atenienseTucídides (460-396 aC), al describir la Guerra del Peloponeso. “Fue el ascenso de Atenas y el temor que inculcó en Esparta lo que provocó que la guerra fuera inevitable”.

El libro comienza con la famosa cita de Napoléon: “Cuando China, despierte, el mundo temblará”. Ya lo ha hecho, sin duda. EL profesor Allison describe 16 situaciones a lo largo de la Historia en las que se ha producido la “trampa de Tucídides” (él dirigió un proyecto de investigación en Harvard al respecto), desde Atenas-Esparta a la colisión entre la Alemania industrial (el pacto del Estado con sus grandes corporaciones) y la Gran Bretaña colonial, con el Memorándum de Crowe El término “Trampa de Tucídides” se presentó en un artículo de The Atlantic en 2015 y, al parecer, en el encuentro de Xi Jipin con el POTUS Obama hablaron de ello. La foto de aquel Summit lo dice todo.

En los últimos 20 años, el principal socio comercial de cada país ha cambiado de manos. China domina toda Asia (a excepción de Irak), África, Iberoamérica y Oceanía, además de toda Europa de Portugal a Rusia. A Estados Unidos le queda el Norte y Centroamérica, hasta Venezuela, Colombia y Ecuador, Holanda, Suiza, Irlanda e Islandia y un par de países subsaharianos.
Una tormenta se cierne inevitable. Como escribe Graham Allison, a los Estados Unidos les encantaría que China “fuera más como nosotros”, pero no es así. Lo que quiere la China de Xi (así se titula un capítulo del libro) es “Make China great again”. Desde que es presidente (2012), la carrera por dominar el mundo se ha acelerado. De entre todos los observadores internacionales, el primer ministro de Singapur fue el primero en llamar la atención sobre el desconocido burócrata que se había impuesto en el Imperio del Centro: “Vigilad a este hombre”. Para Lee, Xi Jiping tiene “alma de hierro”, como consecuencia de la revolución cultural de Mao, y evoca al gran Nelson Mandela, “un hombre con tal madurez emocional que no se permitió que las desgracias personales afectaran a su juicio”.
Siempre según este prestigioso politólogo, el sueño de China con Xi es unificar Hong-Kong y Taiwán, además de Xinjiang y el Tíbet. Si Biden, supuesto heredero de Obama en política exterior, sigue la hoja de ruta de Trump al respecto, le resultará bastante fácil, como estamos viendo en el fiasco de Afganistán.
Graham Allison cree fervientemente que la Guerra no es inevitable, y describe 12 claves para lograrlo. Explica la tensión entre España y Portugal a finales del XV que no acabó en Guerra, sino con el Tratado de Tordesillas (1529), la creación de la Unión Europea (Alemania, Francia y Gran Bretaña juntos), Estados Unidos tras independizarse del Reino Unido, que entre democracias no hay guerras (similitudes culturales), la Guerra Fría (que acabó con la caída del Muro de Berlín en 1989, sin que se lanzaran misiles nucleares), la interdependencia económica con la Globalización (hace 100 años, precisamente por ello nadie preveía la I GM), las alianzas como atracción fatal (lo acabamos de ver en Afganistán con Rusia y Pakistán) y el rendimiento de la economía doméstica (China presume de haber sacado de la pobreza a 800 M de personas).

¿Qué hacer a partir de ahora? Se atribuye a Richard Nixon, que convirtió a China en la fábrica del mundo, la frase (en una confidencia a William Saffire, su “speechwriter”): “Hemos creado el monstruo de Frankenstein”. Ni él ni Kissinger (ni Milton Friedman, la tercera lumbrera de la iniciativa) podían imaginar semejante expansión en tan poco tiempo. La realidad estructural es que China ya es el poder hegemónico y EE UU tiene una deuda externa (deuda total pública y privada a no residentes) de más de 23’5 billones (millones de millones) de dólares, el triple que el segundo, Gran Bretaña. En 2023, a la vuelta de la esquina, la economía de Xi será un 50% mayor que la estadounidense, y en 2040 será el triple. ¿Cuál es tu influencia internacional cuando dispones del triple de recursos y ningún contrapoder frente a tus decisiones?

Estados Unidos de la Amnesia. Cuando Graham Allison empezó sus estudios universitarios en Harvard, en 1964, su mentor fue… Henry Kissinger. De él aprendió a clarificar los intereses esenciales (citando a Nietzsche, “la forma más común de estupidez es olvidarse de lo que uno está tratando de hacer”), entender lo que China está haciendo (Sun Tzu: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas; si te conoces pero no conoces al enemigo, en cada victoria sufrirás una frustración; si no te conoces ni a ti ni al enemigo, sucumbirás en cada batalla”) y centrarte en los problemas domésticos (como recomendaba el primer ministro de Singapur Lee Kuan Yew, 1923-2015). ¿Será verdad que China ha crecido menos que Estados Unidos porcentualmente en el último trimestre? (7’9%).
Estados Unidos de la Amnesia. Cuando Graham Allison empezó sus estudios universitarios en Harvard, en 1964, su mentor fue… Henry Kissinger. De él aprendió a clarificar los intereses esenciales (citando a Nietzsche, “la forma más común de estupidez es olvidarse de lo que uno está tratando de hacer”), entender lo que China está haciendo (Sun Tzu: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas; si te conoces pero no conoces al enemigo, en cada victoria sufrirás una frustración; si no te conoces ni a ti ni al enemigo, sucumbirás en cada batalla”) y centrarte en los problemas domésticos (como recomendaba el primer ministro de Singapur Lee Kuan Yew, 1923-2015). ¿Será verdad que China ha crecido menos que Estados Unidos porcentualmente en el último trimestre? (7’9%).
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Graham Allison concluye este profundo libro con la famosa cita de Shakespeare: “El destino no está en las estrellas, sino dentro de nosotros” (Julio César). De nuestro Talento y nuestro Liderazgo.

Te recomiendo complementar el texto de Graham Allison con el de Martin Jacques, ‘Cuando China domina el mundo. El final del mundo occidental y el nacimiento de un nuevo orden mundial’. Confucio ganándole la partida a Sócrates, Platón y Aristóteles.

La canción de hoy, ‘War’ (Guerra) de Edwin Starr, 1969. Puro Funky.