El dios de la lluvia llora intensamente sobre Madrid, en un día típicamente otoñal de cocido en familia.

Ayer fuimos a ver la última de James Bond, ‘Sin tiempo para morir’ (No Time to Die). Interesante, excesivamente trágica.

Bond, el espía al servicio de Su Majestad, con “licencia para matar”, es un personaje icónico tras la II Guerra Mundial que no sabe bien cómo desenvolverse en la III. Ya no es un rompecorazones, en un mundo que apenas distingue, si lo hace, a los buenos de los malos. Me recordó a su “alter ego” en el fútbol, Cristiano Ronaldo, que tras triunfar en el Real Madrid (a razón de 50 goles por temporada, varias veces Balón de Oro en su rivalidad con Messi), pasó por la Juve y “ha vuelto a casa” en el Manchester United, donde jugó con 18 años. Malos tiempos para la lírica.

He estado leyendo el recién publicado ‘RUIDO. Un fallo en el juicio humano’, de Daniel Kahneman, Olivier Sibony y Cass R. Sunnstein, Kahneman, profesor emérito en Princeton, es premio Nobel de Economía 2002, Sibony, profesor en HEC París y en la Said Business School en Oxford, es experto en decisiones estratégicas y Sunstein, profesor en Harvard tras décadas en Chicago, es director del programa de Economía Conductual y Políticas Públicas.

Médicos con diagnósticos diferentes al mismo paciente, jueces que sentencia de forma muy distinta el mismo caso, selecciones de personal dispares. Cada un@ de [email protected] puede decidir muy diferente según el momento del día, su estado de ánimo o que tenga o no apetito. ¿Cómo es posible, si somos “seres racionales”?
Esta voluminosa obra de 500 páginas nos enseña que:
- Hay ruido en la justicia. La sentencia para un acusado depende de a quién se le asigne el caso.
- El ruido en el sistema es cinco veces mayor de lo que pensábamos, como demuestran las auditorías de las empresas aseguradoras.
- La medicina es ruidosa.
- Nuestra mente es un instrumento (imperfecto) de medición. Una decisión requiere tanto de juicios predictivos como valorativos.
- Es útil reducir el ruidos en los juicios predictivos y separar valores y hechos.
- Hay ruido de nivel (en asuntos de gravedad) y ruido de patrón (recurrente).
- Ruido de ocasión. El juicio depende mucho del estado de ánimo y del momento del día.
- Los grupos amplifican el ruido.
- Hay tanto ruido en los juicios que un modelo sobre los juicios predictivos funciona mejor.
- Los algoritmos suelen funcionar mejor que los humanos, si bien contienen sesgos.
- Donde hay predicción, hay ignorancia objetiva.
- La correlación no implica causalidad. En el valle de lo normal, los acontecimientos se explican por sí mismos; ni se esperan ni sorprenden.
- Cómo se genera el ruido: por sesgos psicológicos, “atajos” de la mente.
- Emparejamiento, sobre una peli o serie, sobre las personas. ¿Mantenemos la coherencia?
- Establecemos escalas de forma diferente, y por ello diferimos en los juicios.
- Ruido de patrón: las personas creativas son más interesantes y emocionales pero no necesariamente juzgan mejor.
- Fuentes de ruido; en el nivel medio, en el patrón de ruido, en los sesgos.
- Mejores jugadores para mejores juicios. [email protected] [email protected] deberían juzgar mejor, a través de los hechos.
- Supresión de sesgos e higiene en las decisiones. Los juicios son mejores con un/a observador/a.
- Secuenciación de la información en la ciencia forense: así se lucha contra el ruido.
- Selección y suma de pronósticos. Debemos estar en “suma permanente” (aprendizaje continuo).
- Directrices en la medicina: el tratamiento es una lotería con tanto ruido en el diagnóstico.
- Calificaciones de rendimiento: sólo la cuarta parte es realmente rendimiento; tres cuartos, ruido del sistema.
- Atracción de talento: las entrevistas tradicionales son peligrosas tanto por los sesgos como por el ruido.
- Protocolo de evaluaciones mediadoras.
- Hemos de evaluar los costes de reducir el ruido.
- Dignidad: las personas necesitamos las interacciones cara a cara. Hemos de tener especial cuidado con lo injusto.
- ¿Normas o estándares? Según lo que cometa más errores y lo que sea más fácil de establecer.
- En conclusión, tomémonos más en serio el ruido, para gestionarlo mejor en nuestras relaciones personales y en los sistemas sociales. Un mundo menos ruidoso es un mundo mejor.
Mi gratitud a los profesores Kahneman, Sibony y Sunstein. Tenemos demasiado ruido a nuestro alrededor y hemos de darnos cuenta de ello. Nuestras decisiones, con ruido y furia, pueden llevarnos al desastre.

Quiero recoger esta cita de Elizabeth Kübler-Ross, la enfermera que tanto nos enseñó sobre la vida y la partida:
“Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, han conocido el sufrimiento, han conocido la lucha, han conocido la pérdida y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.”
en el Blog de la profesora Marta Grañó (ESADE y Universitat de Lleida), experta en Liderazgo inclusivo y emprendimiento. El dolor te cambia, el Amor te transforma. Gracias, Marta.
Mi agradecimiento y profunda admiración a las personas bellas, sensibles, compasivas, que habéis aprendido a través del dolor, el sufrimiento y la derrota. Vuestro es el futuro.

Hoy domingo, dos canciones. “Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer. Jugando con las flores en mi jardín. Demasiado tarde para comprender”. Nacha Pop. La banda sonora de una generación.
y “Pero a tu lado”, de Los Secretos. “Ayúdame y te habré ayudado. Hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado”.