Barra libre: 8 mitos económicos que compran muchos políticos

Jornada de seguimiento, con dos grupos tanto por la mañana como por la tarde, con directivos de una gran multinacional industrial española, sobre Liderazgo Transformador. Es emocionante comprobar cómo su calidad directiva, en países tan distintos como Nueva Zelanda, Alemania (donde multiplicarán su fuerza laboral por 40 en tres años), Brasil o Canadá, determina la productividad de sus equipos, la innovación de sus propuestas ganadoras, la excelencia en el servicio al cliente (B2B) y finalmente la rentabilidad del grupo empresarial… y no al revés. Las empresas eficazmente lideradas no ponen el carro delante de los bueyes. Mi gratitud a Gaizka, Javier y a todo el equipo.

He estado leyendo ‘FREE LUNCH THINKING. 8 economic myths and why politicians fall for them’ (PENSAMIENTO DE BARRA LIBRE. 8 mitos económicos y por qué los políticos caen en ellos’, de Tom Bergin, periodista e investigador de Reuters.

¿Cuáles son esos ocho mitos económicos de los que se enamoran muchos políticos?

  1. El enigma de Laffer: la bajada de impuestos ayuda al crecimiento. El profesor José Fçelix Sanz-Sanz (Universidad Complutense de Madrid) estudió si la curva de Laffer es mito o realidad. En 2016, el déficit presupuestario de EE UU era de 585.000 M $; Donald Trump bajó impuestos y en 2019 el déficit era de casi el doble, un billón de dólares (un trillón, en sus términos).
  2. La revelación de Feldstein: los impuestos nos vuelven perezosos. Martin Feldstein (1939-2019), ex presidente del Consejo de Asesores Económicos y principal asesor del presidente Reagan, consideraba que una mayor fiscal provoca menor interés por trabajar. La realidad demuestra que no tienen nada que ver.
  3. El debate “hire and fire” (fichar y despedir): ¿la seguridad en el empleo es perniciosa para la economía? La protección laboral no genera desempleo, como se demostró durante el gobierno de Mateo Renzi (febrero de 2014 – diciembre de 2016). Su reforma laboral que facilitó el despido no fue precisamente un éxito.
  4. La queja de Jensen: ¿Si le pagas más es mejor directivo? Michael C. Jensen es un economista de EE UU, especializado en economía financiera, profesor emérito en Harvard que trabajó con Michael Porter en Monitor Co. de 2000 a 2009. En 1983 señaló que la única Resposabilidad Social de la empresa era con los accionistas y en 1990 que cuanto mejor pagara una empresa a su CEO (especialmente en “stock options”) más subiría el valor de la acción. No es verdad en absoluto. La respuesta de Jensen (2004) fue “los mercados no siempre aciertan”.
  5. La hipótesis de Stiglitz: ¿el salario mínimo cuesta empleos? Joseph Stiglitz (1943), premio Nobel de Economía 2001, ha investigado los “salarios de eficiencia” (modelo Shapiro-Stiglitz de 1984). “El desempleo lo provoca la estructura informativa del empleo”. Cree que subir el salario mínimo no daña el empleo: depende.
  6. El gráfico de Russell: ¿los “impuestos al pecado” (tabaco, por ejemplo) funcionan? Depende de la elasticidad. El vicio no siempre depende del precio.
  7. El desacuerdo Pigou-Coase: ¿a más regulación menor crecimiento? Arthur Pigou (1877-1959), experto en economía del bienestar, consideraba que quien contamina debe pagar. Ronald Coase (1910-2013) opinaba que contaminador y contaminado debían ponerse de acuerdo sin la intervención del regulador. La regulación es un tema político y filosófico; desde el punto de vista económico, no siempre es buena o mala.
  8. La tesis de Jorgenson: ¿son los impuestos a las empresas malos para los negocios? Dale Jorgenson (1933-2022) fue un economista, profesor de la Universidad de Harvard, especializado en la evaluación de políticas alternativas. Si bien la ortodoxia económica fomenta la reducción de impuestos a las empresas, el Estado del Bienestar puede verse dañado.

Un libro muy interesante, con una mirada crítica a los dogmas. ¡Ay, la “ciencia” económica que esconde la ideología! Me considero un economista del talento. Teniendo en cuenta que la economía conductual (Behavioral Economics) ha copado más de la mitad de los premios Nobel de la especialidad en la última década, pensar en el ser humano como “animal perfectamente racional” es una fantasía. Y no digamos en términos colectivos. Gracias, Tom, por tu pensamiento crítico.

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