Lo he pasado maravillosamente bien en Ávila este fin de semana, con el Comité de Dirección del Colegio Oficial de Enfermería de Cáceres, uno de los más importantes de España, en el Programa de EBS que dirige Carlos Ongallo. Mi gratitud a Raquel, Ana Belén, Mar, Montaña y Raúl por compartir esta reflexión estratégica y, frente a los estupefactos, estar “nadalizados”. Tienen 4 años por delate. Lo mejor está por llegar.

Hemos tenido tiempo de hacer una visita guiada a la bella ciudad de Ávila. De recorrer buena parte de la muralla (2’5 kms, 87 torreones, 9 puertas de acceso) de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. “En el siglo XII Alfonso I el Batallador (Rey de Aragón) estaba casado con Doña Urraca (Reina de Castilla), que ya por entonces tenía un hijo de un matrimonio anterior y, por lo tanto, heredero del reino. Esto contrariaba al rey ya que quería unir los reinos con su descendiente. Esto hizo que Doña Urraca que temía por la vida de su hijo, huyera a la ciudad de Ávila. El rey aragonés se dirigió a Ávila para reclamar al niño y matarlo. Pero cuando llegó a sus puertas los ciudadanos le dijeron que el “Niño Rey” se quedaba allí. Alfonso I, que no se fiaba, pensó que a lo mejor el niño ya estaba muerto, pidiendo que se lo enseñaran. Los nobles abulenses tan solo se lo mostraron desde el cimborrio de la catedral. Y es por ese motivo, que esta imagen aparece en el escudo de Ávila“. El Convento e Iglesia de Santa Teresa, edificado sobre la casa nata de la Santa. La Basílica de San Vicente, con el Cenotafio de los Hermanos Mártires, en perfecto estado de conservación. La Plaza del Mercado Chico. La del Mercado Grande, con la Iglesia de Santiago, de rosetón cisterciense. La Catedral del Cristo Salvador, iniciada en el siglo XII, la primera de estilo gótico en España. Con aspecto de fortaleza, su ábside, denominado Cimorro, está adosado a la muralla constituyendo el conjunto más voluminoso de la muralla. Tiene dos portadas principales y su interior sigue el esquema gótico con planta de cruz latina con 3 naves y girola. Impresionante el retablo del Altar Mayor, obra de Pedro de Berruguete. Los Palacios de los Dávila, los Superunda, los Verdugo, Núñez Vela, el Torreón de los Guzmanes. Reales Monasterios como los de Santo Tomás y Santa Ana…

He estado leyendo el libro ‘Adolfo Suárez. Sus valores’. Éstos son:
- Generosidad, “Entiendo que el poder, y el poder obtenerlo, es el objetivo de todo político, si bien ello debería estar supeditado al bien del hombre y de la sociedad” (Adolfo Suárez, 1968).
- Diálogo. “Este pueblo, nuestro pueblo que no nos pide ni milagros ni utopías, creo que nos pide sinceramente que acomodemos el derecho a la realidad, que hagamos posible la paz civil por el camino de un diálogo que sólo se podrá entablar con todo el pluralismo social dentro de las instituciones representativas. A todo eso os invito. A quitarle dramatismo a nuestra política. Vamos a elevar a la categoría de normal lo que en la calle es simplemente normal” (Adolfo Suárez, 9 de junio de 1976).
- Honestidad.
- Liderazgo,
- Consenso. “El afán de cambio sólo se puede encauzar satisfactoriamente si se parte de la conciencia de que España es una tarea común, de que la buena voluntad no es patrimonio exclusivo de determinados grupos; de que el diálogo a rostro descubierto es el único instrumento de convivencia” (Adolfo Suárez, 6 de julio de 1976, primer mensaje como presidente del gobierno).
- Convicción. “Estén absolutamente seguros de que, a pesar de las dificultades, y con su ayuda, vamos a seguir por el camino que ustedes mismos nos han marcado” (Adolfo Suárez, Semana Trágica de 1977).
- Valentía. “No concibo que un presidente no asuma los riesgos que le corresponden en función de lo que son las necesidades objetivas del Estado” (Adolfo Suárez).
- Dignidad.
- Honradez. “Puedo prometer y prometo, intentar elaborar una Constitución en colaboración con todos los grupos representados en las Cortes, cualquiera que sea el número de escaños” (Adolfo Suárez, junio de 1977)
- Lealtad. “Deseo para España, y para todos y cada uno de ustedes y de sus familias, un futuro de paz y bienestar. Esta ha sido la única justificación de mi gestión política y va a ser siendo la razón fundamental de mi vida” (Adolfo Suárez, 1981, discurso de dimisión):
- Concordia. “La transición fue, ante todo, a mi juicio, un proceso político y social de reconocimiento y comprensión a lo distinto, del diferente, del otro español, que no piensa como yo… y que sin embargo no es mi enemigo sino mi complementario” (Adolfo Suárez, noviembre de 1996, premio Príncipe de Asturias de la Concordia).
- Dinamismo. “Por primera vez, fuerzas con una ideología dispar han coincido en unos planteamientos básicos para el diagnóstico y la solución de la evidente crisis económica que está sufriendo España. No hay más ganador que la sociedad” (Adolfo Suárez, sobre los Pactos de la Moncloa).
- Audacia. “Al asumir la presidencia, me impongo como primer deber el realismo, y ello me conduce a varias consideraciones. Primera, que el gobierno que voy a presidir no representa opciones de partido, sino que se constituirá en gestor legítimo para establecer un juego político abierto a todos. La meta última es muy concreta. Que los gobiernos del futuro sean el resultado de la libre voluntad de la mayoría de los españoles, y para ello solicito la colaboración de todas las fuerzas sociales” (Adolfo Suárez, julio de 1976).
- Simpatía.
- Honestidad
- Humildad. “Pero hay encrucijadas tanto en nuestra vida personal como en la historia de los pueblos en las que uno debe preguntarse, sereno y objetivamente, si presta un mejor servicio a la colectividad permaneciendo en su puesto o renunciando a él” (Adolfo Suárez, discurso de dimisión, 1981).
- Aperturista. “Los problemas globales requieren soluciones globales y que tienen que ser tomadas por organismos internacionales” (Adolfo Suárez).
- Complicidad. “Soy consciente de haber trabajado junto con todos los españoles en una etapa histórica en la vida política de nuestro país”.
- Esfuerzo. “El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo” (Adolfo Suárez).
- Carisma.

Valores vividos, virtudes, de un Liderazgo que transformó a un país en una democracia en apenas cinco años, 1976-1981. Debemos recordarlo siempre.
De música de fondo, el “Libertad sin ira” de Jarcha (1976).